viernes, 30 de septiembre de 2011

Felicidad y tiempo

"No seremos felices hasta que comprendamos que la felicidad siempre sucede en el presente. Nunca en el pasado, nunca en el futuro"

Mark Twain es el dueño de esta máxima. No sé, creo que ser uno de los grandes te hace lo quieras o no a decir ideas como esta.

La cita acerca de la felicidad la escuché en un canal de YouTube que me ha facilitado un amigo de la vida real y en las redes sociales. Os lo recomiendo a todos.

Volviendo a la frase, me gusta esa idea de que la felicidad reside en el ahora y no en el futuro ni pasado, pero no comparto del todo que no que quiere decir. Obviamente entiendo que lo que Mark Twain quería expresar era que no había que quedarse en el pasado, anclarse en lo bueno que fue, ya que si no será imposible disfrutar el "ahora" y el "mañana". Pero sí es cierto que cosas buenas acontecidas en el pasado nos deben de impulsar hacia otras igual de buenas o mejores y seguir siendo felices. Si hace una semana me visitó por sorpresa un amigo que hacía mucho tiempo que no veía no debo quedarme en eso, el placer que yo sentí al disfrutar otra vez de él debería ayudarme a volver a tener un encuentro para revivir todas esas sensaciones tan positivas que de un modo u otro me hacen y harán feliz.

Pensándolo bien, el pensar en planes futuros también me guiará a ser feliz en el momento presente. Si me planto como objetivo brindarme un regalo a mí mismo en forma de viaje a algún lugar del mundo que me muero por ver... El propio día a día me será mejor si tengo una meta que sé que me hará feliz, y todo lo que vaya haciendo para alcanzarlo dejará de ser para mi una rutina, formará parte del proyecto mismo de viaje, del regalo.

Desde aquí me atrevo a añadir otra máxima a la que encabeza esta entrada. Digo añadir, porque si por mi fuera las uniría de tal modo que si lees una la otra apareciese al instante. Se complementan:

"El tiempo se inventó para que las cosas ocurran de una en una"

La vi en una actuación de Mayumaná en su último día en Madrid. Su nuevo show se centra en el tiempo y en su percepción. Os invito fervientemente a que acudáis a verles si pasan por vuestra ciudad, han evolucionado muchísimo desde sus inicios. Entre aplausos y aplausos, antes de cada nuevo número nos mostraban en una gran pantalla una frase relacionada con el tiempo, como ya dije. No me quedé con el autor, ya que me impactaron mucho esas palabras. Si alguien algún día me dice el autor, tendrá premio ;)

Me gusta esa referencia al ahora como cosa más importante. Han pasado cosas y vendrán otras muchas, pero sin centrarnos en el ahora no podremos conseguir lo que queramos.

Y como nuestro objetivo en la vida debe ser siempre ser felices, y de paso hacer felices a los demás, voy a tener en cuenta estas dos perlas para conseguirlo.


Ender 



sábado, 10 de septiembre de 2011

Reflexiones del tiempo perdido

Poco queda para poder destinar tiempo a la lectura y continuar con la idea que comencé en verano unos meses atrás: leer una de las grandes obras literarias de la historia y hablar sobre ella.

El libro, no es tal, es un conjunto de ellos: En busca del tiempo perdido, obra maestra de Marcel Proust. Siete libros plagados de ideas que llenarán este blog de más reflexiones. Todo empezó porque un personaje de un libro de ciencia ficción centró su vida en analizar este conjunto de obras y me entró el gusanillo de al menos comenzar a leerla. Años después, con la idea en mente, busqué alguno de estos libros en un mercadillo de la Plaza Nueva de Bilbao y... di con uno. ¿Casualidad? Era el primero.

La mitad de Por el camino de Swann leído ya, con diez ideas sobre las que reflexionar pero apartadas a un lado por viajes veraniegos y obligaciones. En unos días vuelvo a ellas.


Ender

lunes, 5 de septiembre de 2011

Tiempo pasado siempre fue mejor


Acudí el otro día a comer a casa de mis abuelos, como viene a ser normal cada miércoles de la semana. Casi una tradición desde hace años.

Comenzamos con las mismas cosas de siempre: algo de deporte, cómo estáis, cómo van los estudios y qué tal Lucas, su gato. Este siempre se queda muy triste cuando se van unos familiares que suelen venir de visita y se traen sus gatos. Una fiesta para mis abuelos y para Lucas, los tres disfrutan enormemente con las pillerías y trastadas que no paran de hacer por toda la casa.

Como decía, al irse los gatos Lucas quedó triste y solo, recorriendo la casa en busca de los otros maullando “como llorando”, interpretaciones de mi abuela. Qué maja es ella. Al poco mi abuelo comenta entre risas que debería de haber más psicólogos para animales y no tanto para humanos, aprovechando que su hija y su nieto nos dedicamos a ello. Los humanos, dice, hay muchos que no tienen cura ni perdón. A partir de aquí, comienza uno de esos momentos donde disfruto tanto escuchar a mis abuelos por la cara de felicidad que se les dibuja. Me relatan las historias y quehaceres de los “tolos” de Chantada, un pueblecito de Galicia lugar donde mi abuelo nació, creció y se enamoró de la manchega de mi abuela. Cinco historias de cinco locos, pero muchas miradas perdidas y sonrisas recuperadas como si aún estuviesen allí, a cientos de kilómetros de distancia, con sus viejos amigos y compañeros de trabajo.  

Uno de esos pobres enfermos cogía todos los días un bus A Coruña para bañarse un poco y volverse, tirándose todo el día viajando de aquí para allí; otra mujer pasaba el día entero, salvo cuando había alguna procesión religiosa que en ese caso las seguía como una devota más, caminando de un lado a la otra de la plaza del pueblo siempre haciendo el mismo recorrido, siempre con el mismo número de pasos; otro perseguía mosquitos por el laderas del campo y entraba a las zapaterías, peluquerías y otros comercios de la zona a explicar con mucha emoción lo cerca que estuvo esa vez de atraparlo.
Mi abuela ya aprovechó para recordar las perrerías que le hacía a su jefa, una rácana mujer que escondía toda la comida y que ella con la ayuda de los nietos robaba para comer y alimentar a otras compañeras que también limpiaban  y mantenía en perfecto estado el caserón y las tierras.

Me gusta ver felices a mis abuelos. Me da pena que casi no salgan de casa salvo para hacer la compra y algún recado. Yo espero poder seguir activo, viajar, ir a los parques, pasear por la ciudad… Pero hoy, me di cuenta que mis abuelos con tenerse el uno al otro y rememorar sus ya anécdotas del pasado son realmente felices. Y viendo MadridDirecto también, claro.  

A veces temo no poder recordar las cosas que vamos viviendo cada día, las cosas que realmente merecerán la pena recordar en unos años con los nietos al lado escuchando. El afán que impera ahora de compartir todo con todos mediante internet no ayuda a mantener una conciencia de tiempo y de pasado, de memoria a largo plazo. Todo queda almacenado ahí, pensamos, todo queda compartido. No me gustaría llegar a 80 años y al pensar en mi juventud recuperar de mi memoria un ordenador portátil, un móvil capaz de hacer de todo y algún viaje que otro realizado por el mundo.

A partir de ahora, pasaré a vivir las cosas con ese toque de genuinidad que se necesita para escapar del sin sabor de una vida de madrugones, trabajos, comida rápida y vuelta a empezar. La vida es mucho más y hay que aprovecharla.



Ender

domingo, 4 de septiembre de 2011

Km/h

"Correr, competir, lo llevo en la sangre, es parte de mi vida"    
  Ayrton Senna

 "Nunca agaches la cabeza, mira siempre bien alto ganes o pierdas"      
  Enzo Ferrari


Pensar que sólo hay filósofos detrás de libros, sillones marrones y un bigote blanqueado por el tiempo es caer en los tópicos. En todos los ámbitos hay grandes personas, influyentes o no, pero que conciben su entorno del mejor modo posible y son capaces de plasmar esa esencia en pocas palabras revelándonos así a los legos esos secretos.

Las dos máximas hacen referencia a un estilo de vida. Nunca rendirse, nunca desaparecer, siempre más.


Saco hoy este tema debido a una conversación que tuve hace poco con una persona que acabo de conocer a través de esta misma pantalla y la de mi smartphone. Primero mediante esta última, curioso como va evolucionando todo. Sin concretar por un instante y por tanto muy posiblemente confundiendo palabras uno del otro, la velocidad en términos generales salió a colación de no sé muy bien por qué. Me limitaré a hablar sobre lo que conozco: mis ideas, pensamientos y sentimientos en ese y este instante.

Las prisas y la velocidad son diferentes. Prisa es querer acelerar algo, velocidad adaptarte. Prisa es adelantar acontecimientos y querer que las cosas pasen antes de lo que parecería correcto o necesario, ir en un atasco y no parar de mirar el reloj. Velocidad es vivir el momento y querer tomar una carretera de 90 km/h (pero no una de 120) después de haber estado realmente cómodo y confortable en una de 50 observando el paisaje, haciéndote al clima y conociendo el asfalto. Y a quien te acompaña en ese viaje.

Dejando el símil o metáfora (?) de las carreteras, nunca fui muy bueno en lengua (en parte por esas "amadísimas y pedagógicas profesoras"), el querer avanzar en una relación no es malo ni debería de verse como precipitación si todo lo vivido/compartido/experimentado ha sido grato/reconfortante/apasionante. "Estoy disfrutando de ti, quiero conocerte más" Es una de las posibles interpretaciones a mis ganas de querer coger velocidad.

Vivimos en un mundo en el que cuanto antes se tenga todo mucho mejor: Internet más rápido, más supermercados para no esperar colas interminables, más carreteras para evitar atascos aunque paguemos peaje. Las cosas buenas tienen un "tempo", si me permitís hacer el símil con la música, y hay que respetarlo. Pero vivir es corto. Los instantes pasan, y las oportunidades se pierden. Sobre todo, perdemos el cómo sería esa oportunidad en ese momento, muy distinta de lo que será más adelante. Mi gran miedo es el estancamiento, el perder ése algo que ha hecho que me lleve a querer avanzar. 


A partir de ahora trataré de asimilar bien esta reflexión y procuraré llevarla a cabo en mi día a día. 

Velocidad vs Prisa 

Control vs Frenar

Vivir vs Desperdiciar



Ender

Acabarás leyendo esto, supongo. Esperemos que no sea demasiado tarde.


Acotar

Sí, al final todo esto va a ser un lugar donde escribo sin cuidar formas. Lo que importa es la idea y no la pomposidad ni los disfraces. Eso en el otro blog, cuando vuelva a retomarlo.

A ver si comienzo a llamar a puertas y los inquilinos me abren y reflexionan conmigo.


Ender



Pero sin prisas.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Stop and go



"La vida, parafraseándole, es lo que te pasa... mientras no estás con los amigos. Con ellos, todo se para y se frena. Sólo es disfrutar, reír"


Unas horas atrás llegaba a casa y tras abrir el pc y que una amiga me preguntara que qué tal la noche, el cuerpo me pidió publicar esa frase en distintas redes sociales. Vengo ahora aquí a ampliar un poco esta idea.


Pocas veces a lo largo de un día eres capaz de escapar, de evadirte de tus preocupaciones y quehaceres. Normalmente es algo que está ahí, flotando a tu alrededor, que aunque te permite hacer más cosas con mayor o menor acierto de vez en cuando pasa de estar fuera de tu campo visual para plantarse en tu cara y recordarte que tienes pendientes ciertas tareas.


Pero no es así siempre, aunque si por nuestros deberes fuese así sería. Cuando te encuentras y llevas a acabo una velada con unos amigos donde reinan las anécdotas, historias, recuerdos lejanos... Todo pasa y queda nada. Nada que no pueda durar todo el tiempo del mundo mientras siga con ellos a su lado.




Hay que aprovechar esos momentos y ser dueños de ellos pero sin llevar el control de nada de lo que pase cada minuto. Sorpresa, escape y disfrute.






Ender


Deseando repetir



jueves, 1 de septiembre de 2011

Raíces


Mi reflexión de hoy no trata tanto del lugar de nacimiento, “la tierra”, sino de aquello que te ancla a ella y es parte de tu sustento, uno de los pilares que te ayudan en el pasar de los días a seguir recto y creciendo hacia un futuro mejor.

Siempre lo diré, no sé si me arrepiento de no haberme ido a estudiar fuera de España alguno de los años de mi carrera. Bueno, claro que me arrepiento. Pero las causas que me hicieron no pedir la beca Erasmus fueron de peso en su momento, y si por cosas mágicas de la vida regresara a años atrás volvería a tomar el mismo camino ya andado seguramente.

Mi afición, y trabajo, es la formación del balonmano en niños y adolescentes. El vínculo con mis compañeros entrenadores y con los jugadores a mi cargo han hecho que yo acabe siendo como soy, y seguirán definiendo mi sino a lo largo de mi historia lo quiera o no. He sacado muchas cosas de todas esas relaciones y vínculos, no sólo amistades de por vida y gente a la que pueda catalogar como las mejores del mundo como personas y seres únicos. He vivido el ser responsable de la formación, motivación y educación de un grupo de chicas adolescentes a las que he acabado queriendo con locura, tanto o más como odiado en algunos momentos de las temporadas. Eso me llevo.

Todo esto, que hizo de mi ciudad el eje de mi vida, mi leimotiv, ahora crea un desasosiego en mi interior que me lleva lejos de mis aspiraciones de años atrás. Ya no quiero implicarme emocionalmente más, no quiero desvivirme por algo que gente al mi alrededor día tras día me aconseja dejar. La vida está mal actualmente, en el deporte también. Ahora quiero forjarme un futuro o, más bien seguir el camino ya definido por mi durante tantos años. Quiero dar el paso definitivo, pasar a formar parte de algo más grande en el que sentirme pequeño por paradójico que parezca.

Y más tras una reunión tenida hoy con uno de los directivos a cargo del club por el que vivo y me desvivo desde hace muchos años. Su discurso, mientras pedíamos algo en una terraza, era que no quería que me desvinculara de todo lo formado estos años, que siguiera. Proponiéndome planes alternativos, desdiciendo términos de un contrato que jamás ha existido durante años y que días antes un superior suyo me dijo. Uno se siente alagado, claro. Pero tan repentino como nace… todo acaba. Llamada al móvil, un coche aparece a los minutos y sin siquiera haber mezclado la leche condensada con el café debido a mi turno de palabra hasta ese entonces, se acaba su consumición de un trago y se marcha a unos trámites del club en un centro cercano. Urgente, parece.

No pasa nada, le digo. Pero la sensación que me queda es la de no ser alguien querido sino más bien necesario en un organigrama que quizá pueda venirse abajo. Y es que imagino que debe ser difícil encontrar a alguien que eche tantas horas por su pasión a la entidad y a este deporte teniendo en cuanta las condiciones que he llevado viviendo desde que empecé. Mi adiós absoluto dejaría un hueco que, quizá no muy importante, pero si lo suficiente como para molestar y complicar algo que estaba atado, seguro y asimilado.

Toda esta historia no quiere más que plasmar la evolución que voy sintiendo en mi interior hacia lo que quiero ser, lo que quiero hacer. He pasado de estar muy unido y atado a algo... a querer emprender nuevos caminos.

Debo pensar. Y decidir.


Ender



Por lo que veo, las reflexiones son un modo de exponer las cosas que me pasan contándoselas a un amigo lejano al que no veo. Pues que así sea.