lunes, 5 de septiembre de 2011

Tiempo pasado siempre fue mejor


Acudí el otro día a comer a casa de mis abuelos, como viene a ser normal cada miércoles de la semana. Casi una tradición desde hace años.

Comenzamos con las mismas cosas de siempre: algo de deporte, cómo estáis, cómo van los estudios y qué tal Lucas, su gato. Este siempre se queda muy triste cuando se van unos familiares que suelen venir de visita y se traen sus gatos. Una fiesta para mis abuelos y para Lucas, los tres disfrutan enormemente con las pillerías y trastadas que no paran de hacer por toda la casa.

Como decía, al irse los gatos Lucas quedó triste y solo, recorriendo la casa en busca de los otros maullando “como llorando”, interpretaciones de mi abuela. Qué maja es ella. Al poco mi abuelo comenta entre risas que debería de haber más psicólogos para animales y no tanto para humanos, aprovechando que su hija y su nieto nos dedicamos a ello. Los humanos, dice, hay muchos que no tienen cura ni perdón. A partir de aquí, comienza uno de esos momentos donde disfruto tanto escuchar a mis abuelos por la cara de felicidad que se les dibuja. Me relatan las historias y quehaceres de los “tolos” de Chantada, un pueblecito de Galicia lugar donde mi abuelo nació, creció y se enamoró de la manchega de mi abuela. Cinco historias de cinco locos, pero muchas miradas perdidas y sonrisas recuperadas como si aún estuviesen allí, a cientos de kilómetros de distancia, con sus viejos amigos y compañeros de trabajo.  

Uno de esos pobres enfermos cogía todos los días un bus A Coruña para bañarse un poco y volverse, tirándose todo el día viajando de aquí para allí; otra mujer pasaba el día entero, salvo cuando había alguna procesión religiosa que en ese caso las seguía como una devota más, caminando de un lado a la otra de la plaza del pueblo siempre haciendo el mismo recorrido, siempre con el mismo número de pasos; otro perseguía mosquitos por el laderas del campo y entraba a las zapaterías, peluquerías y otros comercios de la zona a explicar con mucha emoción lo cerca que estuvo esa vez de atraparlo.
Mi abuela ya aprovechó para recordar las perrerías que le hacía a su jefa, una rácana mujer que escondía toda la comida y que ella con la ayuda de los nietos robaba para comer y alimentar a otras compañeras que también limpiaban  y mantenía en perfecto estado el caserón y las tierras.

Me gusta ver felices a mis abuelos. Me da pena que casi no salgan de casa salvo para hacer la compra y algún recado. Yo espero poder seguir activo, viajar, ir a los parques, pasear por la ciudad… Pero hoy, me di cuenta que mis abuelos con tenerse el uno al otro y rememorar sus ya anécdotas del pasado son realmente felices. Y viendo MadridDirecto también, claro.  

A veces temo no poder recordar las cosas que vamos viviendo cada día, las cosas que realmente merecerán la pena recordar en unos años con los nietos al lado escuchando. El afán que impera ahora de compartir todo con todos mediante internet no ayuda a mantener una conciencia de tiempo y de pasado, de memoria a largo plazo. Todo queda almacenado ahí, pensamos, todo queda compartido. No me gustaría llegar a 80 años y al pensar en mi juventud recuperar de mi memoria un ordenador portátil, un móvil capaz de hacer de todo y algún viaje que otro realizado por el mundo.

A partir de ahora, pasaré a vivir las cosas con ese toque de genuinidad que se necesita para escapar del sin sabor de una vida de madrugones, trabajos, comida rápida y vuelta a empezar. La vida es mucho más y hay que aprovecharla.



Ender

2 comentarios:

  1. Sí. La vida es mucho más que el Internet. Pero éste sólo es una herramienta que también tiene sus ventajas. El chiste es que logremos un equilibrio entre la experiencia virtual y la directa. Sí se puede.

    ¡Qué honor volver a leerte! En serio que sí. También te sigo en Twitter, cariño.

    ¿Cómo has estado?

    Muchísima luz para ti.

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  2. Primer comentario... primer seguidor...

    Así da gusto empezar nuevos proyectos :)

    Y más siendo tú, que estás a mi lado desde el anterior, desde mis inicios

    Gracias

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